jueves, 11 de marzo de 2010

Seis años - Por Madrid














Han pasado seis años desde aquella terrible mañana en que todos dejamos una parte de nuestra vida en Madrid. Seis años y ciento noventa y dos ciudadanos ausentes a causa de la ira que mata en nombre de Dios, Alá o Jehová, pero... ¿cómo se puede asesinar en nombre de la Suprema Bondad?
Seis años para perdernos en el laberinto en que periodistas y políticos han convertido el terrible suceso, contemplando cómo las asociaciones de víctimas parecen cada vez más apéndices de los partidos; cómo las investigaciones confunden, más que aclaran lo ocurrido, al ciudadano de a pie; cómo habiendo 192 personas, cuyo color de piel o de ideas no miraron a la hora de ejecutarlos, muchos se quieran arrogar ahora el papel de únicas víctimas y achacar a los demás la etiqueta de verdugos. Y aquellos que vivimos alejados de los radicalismos partidistas y cercanos al sufrimiento de las familias hemos sentido dolor e impotencia al ver como ese sacrificio parece no haber servido de nada.
Hoy quiero enviar mi mensaje de paz a las víctimas que intentan recuperarse, a las familias que quedaron rotas, a los servicios públicos que estuvieron a la altura que se esperaba de ellos y al pueblo de Madrid que supo dar ejemplo con su actitud y entrega.

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